martes, 23 de mayo de 2017

EDUCACIÓN SIN LÍMITES

Muchos de los problemas de los hijos que los padres me plantean en consulta son la consecuencia de una educación excesivamente permisiva y sobreprotectora. Son casos en los que con frecuencia los progenitores no establecen límites adecuados y los menores se convierten en seres intocables, mimados, con muchos derechos y pocas obligaciones. Como consecuencia de esta dinámica, conforme crecen se van convirtiendo en personas omnipotentes, tiranas y consentidas. A la larga algunos acaban padeciendo diversas psicopatologías, fracasan en sus estudios, flirtean con las drogas o manifiestan conductas delictivas.
Suelo decir que para hacer de un niño una persona débil, enferma, acomplejada e insegura, o un delincuente en potencia, sólo hay que consentírselo todo, darle siempre la razón, eximirlo de responsabilidades y resolverle todos los problemas.
 
 

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