He leído lo que usted publicó hace días sobre el síndrome de Asperger. ¿Es cierto que estos niños suelen tener mal carácter e incluso ser personas violentas? (Carlos, Córdoba).
No es cierto. Los niños afectados con síndrome de Asperger no suelen ser agresivos. Es más, normalmente suelen ser los menos agresivos del aula. Cierto que a veces presentan conductas disruptivas, pero estas conductas casi siempre obedecen a un motivo justificado. De hecho, esos escasos brotes de agresividad que en ocasiones pueden presentar los niños que padecen este síndrome, suelen responder a la presión continua que sufren mediante acoso escolar o mediante episodios de continua exclusión social. El problema surge cuando los profesores no controlan las situaciones de acoso escolar, porque no saben hacerlo, por dejadez o porque no las advierten, ya que el acoso escolar a menudo es algo sutil y encubierto. Además, muchos de ellos, al no estar diagnosticados, son tomados por niños raros, retraídos, poco sociables o desadaptados. Sin embargo, lamentablemente, cuando un alumno con síndrome de Asperger llega al límite de lo que puede soportar, su respuesta ante el bullying nunca es sutil; en estos casos su conducta, en caso de ser violenta, sí que es rápidamente percibida; y muchas veces esta respuesta se convierte en la excusa perfecta para hacerle responsable a él de su situación de marginación y para justificar el acoso al que está siendo sometido.
No es cierto. Los niños afectados con síndrome de Asperger no suelen ser agresivos. Es más, normalmente suelen ser los menos agresivos del aula. Cierto que a veces presentan conductas disruptivas, pero estas conductas casi siempre obedecen a un motivo justificado. De hecho, esos escasos brotes de agresividad que en ocasiones pueden presentar los niños que padecen este síndrome, suelen responder a la presión continua que sufren mediante acoso escolar o mediante episodios de continua exclusión social. El problema surge cuando los profesores no controlan las situaciones de acoso escolar, porque no saben hacerlo, por dejadez o porque no las advierten, ya que el acoso escolar a menudo es algo sutil y encubierto. Además, muchos de ellos, al no estar diagnosticados, son tomados por niños raros, retraídos, poco sociables o desadaptados. Sin embargo, lamentablemente, cuando un alumno con síndrome de Asperger llega al límite de lo que puede soportar, su respuesta ante el bullying nunca es sutil; en estos casos su conducta, en caso de ser violenta, sí que es rápidamente percibida; y muchas veces esta respuesta se convierte en la excusa perfecta para hacerle responsable a él de su situación de marginación y para justificar el acoso al que está siendo sometido.
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