Tengo la impresión de que en los últimos años se ha producido entre los más jóvenes un proceso de banalización del consumo de algunas drogas, y fruto de la ignorancia se han extendido de manera generalizada creencias erróneas como que "no pasa nada por consumir esporádicamente o en fines de semana", que "son sustancias que no producen adicción si uno no quiere", y que "cuando todo el mundo lo hace es porque no será tan malo". Como consecuencia, trato cada vez más adolescentes en consulta por problemas muy serios de adicción al alcohol, a los porros y a la cocaína.
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