Recientemente he sabido que mi hija es homosexual. Me he quedado descolocada y no sé bien cómo actuar. También tengo sentimiento de culpa, quizás no he sabido educarla adecuadamente en valores... ¿Qué debo hacer? (Maribel, Sevilla)
A menudo los padres se preguntan qué hicieron mal cuando un día su hijo/a les comunica su homosexualidad. Algunos se atormentan cuestionándose en qué fallaron y tratan de encontrar una explicación.
No tiene sentido pensar que se ha fracasado como progenitor o que se ha perdido a una hija. Las cosas no son así, descubrir que tu hija es homosexual no significa que se haya convertido en otra persona. Una hija homosexual es la misma hija de siempre, la persona que hemos amado desde su nacimiento, con los mismos encantos y con pleno derecho como ciudadana de poder tener una vida digna. Por tanto, lo acertado es seguir amando a esa hija como hasta ahora. La homosexualidad es una condición que existe en nuestra especie de forma natural, por lo que en pleno siglo XXI ya es hora de que definitivamente se imponga la cordura y deje de ser motivo de sorpresa.
En lugar de buscar culpables y de investigar si una persona nace o se hace homosexual, es preferible hablar con ella, valorando la confianza y la valentía que tuvo al expresar su orientación sexual. Y olvidarse del qué dirán.
El apoyo de los padres es fundamental. Todos los hijos se sienten aliviados cuando saben que pueden confiar en sus progenitores. Quienes encuentran apoyo en sus padres suelen disfrutar de unas vidas más equilibradas y con menos riesgo de padecimiento de psicopatologías.
En definitiva, la orientación sexual no cambia la esencia de las personas. Muchos padres expresan que darían la vida por sus hijos, por lo que aceptar la condición sexual debería ser mucho más fácil: en este caso no hay que dar la vida, sino simplemente ama a tu hija, acéptala y házselo saber.
A menudo los padres se preguntan qué hicieron mal cuando un día su hijo/a les comunica su homosexualidad. Algunos se atormentan cuestionándose en qué fallaron y tratan de encontrar una explicación.
No tiene sentido pensar que se ha fracasado como progenitor o que se ha perdido a una hija. Las cosas no son así, descubrir que tu hija es homosexual no significa que se haya convertido en otra persona. Una hija homosexual es la misma hija de siempre, la persona que hemos amado desde su nacimiento, con los mismos encantos y con pleno derecho como ciudadana de poder tener una vida digna. Por tanto, lo acertado es seguir amando a esa hija como hasta ahora. La homosexualidad es una condición que existe en nuestra especie de forma natural, por lo que en pleno siglo XXI ya es hora de que definitivamente se imponga la cordura y deje de ser motivo de sorpresa.
En lugar de buscar culpables y de investigar si una persona nace o se hace homosexual, es preferible hablar con ella, valorando la confianza y la valentía que tuvo al expresar su orientación sexual. Y olvidarse del qué dirán.
El apoyo de los padres es fundamental. Todos los hijos se sienten aliviados cuando saben que pueden confiar en sus progenitores. Quienes encuentran apoyo en sus padres suelen disfrutar de unas vidas más equilibradas y con menos riesgo de padecimiento de psicopatologías.
En definitiva, la orientación sexual no cambia la esencia de las personas. Muchos padres expresan que darían la vida por sus hijos, por lo que aceptar la condición sexual debería ser mucho más fácil: en este caso no hay que dar la vida, sino simplemente ama a tu hija, acéptala y házselo saber.
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