jueves, 17 de enero de 2019

COACHING E INTRUSISMO PROFESIONAL

Tras la etiqueta “coaching” se esconde a menudo (no siempre) la estafa y el intrusismo profesional, pues en España este tema no está adecuadamente regulado. Para que una persona pudiera ejercer como coach debería tener una formación sólida, con años de bagaje, preparación y experiencia. No se puede ser coach con un cursillo de unos cuantos fines de semana, por mucho dinero que se haya pagado por él. Desde mi punto de vista, lo ideal sería que un coach contase con la carrera de Psicología. Formar a un buen psicólogo-coach es un duro esfuerzo que debe atesorar lustros de formación y experiencia.
El problema es que muchos coaches (no todos) son sólo oportunistas sin apenas estudios, charlatanes que promulgan una filosofía barata, sin contenidos, sin apoyo empírico. Temerarios que empujan a las personas al narcisismo, a la prepotencia, al egocentrismo y a tomar decisiones arriesgadas a base de inyectar esperanzas y fantasías sobre su realidad, inventando un mundo artificial e irreal. Y tras sus “técnicas de choque”, cuando se termina la fantasía, las personas se encuentran perdidas y pueden entrar en crisis con consecuencias imprevisibles: divorcios, separaciones de familiares, distanciamiento de amistades e incluso, en casos extremos, psicopatologías, depresión e incluso intentos de autolisis.
Si usted necesita algún consejo para mejorar su vida, busque los servicios de un psicólogo certificado y acreditado de forma oficial, pues todo buen psicólogo es también coach. En cambio, acudir a un profesional no contrastado podría suponer un gasto superfluo de tiempo y dinero. Téngalo claro: si por desgracia usted pierde su empleo la solución no es pensar que "es lo mejor que me ha pasado en mi vida". Si le llega una letra impagada el problema no se resolverá pensando que se trata de un cheque a su favor. La realidad es la que es y no se puede manejar con el simple “pensamiento positivo", sino afrontándola con estrategias reales y efectivas.

¿Cuál es la diferencia entre Coaching y Psicología?
(Antonio, Córdoba)
En la actualidad el coaching se ha puesto de moda y la frase “pon un coach en tu vida” cuenta cada vez con más partidarios que defienden esta doctrina como la panacea snob y desenfadada que solucionará los problemas de la gente. Realmente, el coaching como tal es un simple diálogo en el que un supuesto profesional trata de motivar a un cliente para que haga lo que se supone que él desea hacer, algo que "per sé" ya está incluido entre las muchas funciones que a diario lleva a cabo cualquier Psicólogo.
Pero aquí la clave es marketiniana, por cuanto cualquier persona puede practicar pseudopsicología del coaching y autodenominarse psicoterapeuta, sin necesidad de ser psicólogo y sin la preparación y permisos legales necesarios para ello. Es como aplicar la medicina sin estudiar la carrera, y encima decir que ello es mejor que lo que hace cualquier médico oficial. Un chollo para el que no sabe a qué dedicarse en la actual situación de crisis económica. De este modo, la popularidad del término coaching se une a su falta de regulación legal. Así, si a Pepe, el dueño de la zapatería de la esquina le va mal su negocio, no tiene que hacer nada para ser coach, simplemente autocatalogarse de que lo es, o hacer un cursillo no reglado de unos cuantos fines de semana y comenzar a facturar a costa de la ignorancia y la desesperación de la gente.
Al comienzo de esta moda, y dado que el coaching estaba únicamente enfocado a las empresas y al deporte, parecía coherente que un "coach" procediese de estudios tales como Psicología, Empresariales, Derecho, o similares. Hoy en día da igual; hay coaches que ni siquiera han terminado el bachiller y que logran facturar un buen dinero gracias al vacío legal existente, algunos incluso aplicando subnormalidades y doctrinas tan degeneradas y tan exageradamente pervertidas, que no hay nada de Psicología en lo que hacen.


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