Por supuesto, hay que estudiar cada caso concreto, pero a veces, cuando una persona que ha cometido un delito, reconociendo sus errores y limitaciones, se somete voluntariamente a una terapia psicológica que le está permitiendo rehabilitarse, recuperar la normalidad y reinsertarse en la sociedad, habría que replantearse su ingreso en un centro penitenciario. En determinados casos, podría ser mucho más ventajoso para esa persona y para la sociedad en su conjunto no interrumpir... el tratamiento y conmutar la pena por trabajos a la comunidad. No siempre la cárcel es la mejor vía de solución del problema y de rescate de ese ser humano.
Cada día estoy más de acuerdo con el dicho de que la ley es fuerte con los débiles y muy débil con los poderosos; veo a diario a jóvenes que por haber cometido pequeños delitos se les aplica la norma rígidamente, con toda su capacidad apisonadora, con penas ejemplares, sin tener en cuenta las circunstancias particulares de esas personas. Mientras tanto, los grandes delincuentes, los que más daño hacen a la sociedad, a esos los vemos a menudo campando a sus anchas, libres, con sus trajes de marca y sus coches de lujo, dando la impresión de que la ley no es para ellos.
Cada día estoy más de acuerdo con el dicho de que la ley es fuerte con los débiles y muy débil con los poderosos; veo a diario a jóvenes que por haber cometido pequeños delitos se les aplica la norma rígidamente, con toda su capacidad apisonadora, con penas ejemplares, sin tener en cuenta las circunstancias particulares de esas personas. Mientras tanto, los grandes delincuentes, los que más daño hacen a la sociedad, a esos los vemos a menudo campando a sus anchas, libres, con sus trajes de marca y sus coches de lujo, dando la impresión de que la ley no es para ellos.
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