En contra de lo que dicen algunas personas que se dedican al ejercicio de la psicología sin ser psicólogos (algo parecido a los curanderos, que se dedican al ejercicio de la medicina sin ser médicos), os diré que las personas que acuden a terapia no lo hacen sólo para superar sus psicopatologías, sino porque también quieren enriquecer sus vidas para alcanzar aquellas metas que les harían ser más felices, sentirse autorrealizadas, desarrollarse personalmente y crecer como seres humanos. Es decir, la terapia no sólo sirve (como a menudo dicen quienes se dedican al coaching) para remitir síntomas, sino que es un proceso más abarcativo que persigue también la expansión de todos nuestros recursos, de nuestro potencial en todos aquellos ámbitos en los que nos movemos y de convertirnos en seres motivados para el cambio positivo.
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