Lo venía hablando esta mañana con un buen amigo que entiende del tema: tras la etiqueta “coaching” se esconde a menudo (no siempre) la estafa y el intrusismo profesional, pues en España este tema no está adecuadamente regulado. Para que una persona pudiera ejercer como coach debería tener una formación sólida, con años de bagaje, preparación y experiencia. No se puede ser coach con un cursillo de unos cuantos fines de semana, por mucho dinero que se haya pagado por él. Desde ...mi punto de vista, lo ideal sería que un coach contase con la carrera de Psicología. Formar a un buen psicólogo-coach es un duro esfuerzo que debe atesorar lustros de formación y experiencia.
El problema es que muchos coaches (no todos) son sólo oportunistas sin apenas estudios, charlatanes que promulgan una filosofía barata, sin contenidos, sin apoyo empírico. Temerarios que empujan a las personas al narcisismo, a la prepotencia, al egocentrismo y a tomar decisiones arriesgadas a base de inyectar esperanzas y fantasías sobre su realidad, inventando un mundo artificial e irreal. Y tras sus “técnicas de choque”, cuando se termina la fantasía, las personas se encuentran perdidas y pueden entrar en crisis con consecuencias imprevisibles: divorcios, separaciones de familiares, distanciamiento de amistades e incluso, en casos extremos, psicopatologías, depresión e incluso intentos de autolisis.
Si usted necesita algún consejo para mejorar su vida, busque los servicios de un psicólogo certificado y acreditado de forma oficial, pues todo buen psicólogo es también coach. En cambio, acudir a un profesional no contrastado podría suponer un gasto superfluo de tiempo y dinero. Téngalo claro: si por desgracia usted pierde su empleo la solución no es pensar que "es lo mejor que me ha pasado en mi vida". Si le llega una letra impagada el problema no se resolverá pensando que se trata de un cheque a su favor. La realidad es la que es y no se puede manejar con el simple “pensamiento positivo", sino afrontándola con estrategias reales y efectivas.
El problema es que muchos coaches (no todos) son sólo oportunistas sin apenas estudios, charlatanes que promulgan una filosofía barata, sin contenidos, sin apoyo empírico. Temerarios que empujan a las personas al narcisismo, a la prepotencia, al egocentrismo y a tomar decisiones arriesgadas a base de inyectar esperanzas y fantasías sobre su realidad, inventando un mundo artificial e irreal. Y tras sus “técnicas de choque”, cuando se termina la fantasía, las personas se encuentran perdidas y pueden entrar en crisis con consecuencias imprevisibles: divorcios, separaciones de familiares, distanciamiento de amistades e incluso, en casos extremos, psicopatologías, depresión e incluso intentos de autolisis.
Si usted necesita algún consejo para mejorar su vida, busque los servicios de un psicólogo certificado y acreditado de forma oficial, pues todo buen psicólogo es también coach. En cambio, acudir a un profesional no contrastado podría suponer un gasto superfluo de tiempo y dinero. Téngalo claro: si por desgracia usted pierde su empleo la solución no es pensar que "es lo mejor que me ha pasado en mi vida". Si le llega una letra impagada el problema no se resolverá pensando que se trata de un cheque a su favor. La realidad es la que es y no se puede manejar con el simple “pensamiento positivo", sino afrontándola con estrategias reales y efectivas.
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